LA FORMACIÓN MEMORÍSTICA DOCENTE FRENTE AL CURRÍCULO POR COMPETENCIAS
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Los desafíos ante una sociedad cambiante obligaron a los sistemas educativos del mundo a repensar los modos de enseñanza y pasar de un currículo basado en contenidos que priorizaba la memorización, a un currículo basado en competencias, donde el individuo se perfila como un ente productivo que sabe ser, sabe conocer y sabe hacer, dentro de una comunidad.
Como
parte de esos cambios, en la República
Dominicana se introduce en el 2015, y
mediante la Ordenanza 02-2015, emanada por el Ministerio de Educación (MINERD),
el Diseño Curricular revisado y actualizado, para el Nivel Inicial. Posteriormente,
se generan las actualizaciones para el Nivel Primario y el Secundario.
Previo
a esas modificaciones, el MINERD desarrolló una amplia agenda de capacitaciones
involucrando, desde los asesores, técnicos nacionales, regionales y
distritales; hasta los directivos y docentes de los centros educativos. Desde
entonces, cada verano, los responsables de llevar a los niños el pan de la
enseñanza, participan en jornadas de capacitación de verano. Antes de iniciar
el año escolar, se actualizan para llegar a las aulas con frescos conocimientos
y renovadas técnicas que permitan la aplicación efectiva del currículo por
competencias.
Las
acciones conjuntas de los diversos actores del sistema educativo dominicano han
generado grandes cambios en los modos de enseñanza; sin embargo, los resultados
en las evaluaciones siguen situando al país en los últimos lugares del Ranking
mundial. Según el Informe Pisa 2018, dado a conocer por el Instituto
Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE),
solo en Ciencias, los alumnos mostraron un ligero resultado favorable; pero, en
Comprensión Lectora y Matemáticas, la puntuación fue menor en comparación con
los resultados del 2015. De igual modo, se ocupa el último lugar dentro de 79 países
participantes.
Si
bien es cierto que se está en desventaja frente a naciones como Japón y
Finlandia, que lideran actualmente en materia educativa por tener mejores
sistemas socioeconómicos y priorizar la educación; también es cierto que se
compite con países con iguales características, en tanto organización social,
económica y política.
Ante
esta evidente realidad, es necesario dar una mirada a los tantos factores
incidentes en el proceso de aprendizaje y centrarse esta vez, en los modos de
enseñanza docente. Desde una óptica más amplia, se puede aseverar que el
docente se enfrasca en una batalla imposible: ha aprendido de un modo y
necesita enseñar de otro que no conoce y que no es parte de su formación
preuniversitaria ni universitaria.
En
observaciones a la practica docente se puede constatar que una de las
estrategias empleadas todavía y casi de manera automática, especialmente en
secundaria, es la exposición. Y no está mal. Siempre ha sido una estrategia
que, sabiendo utilizarla, genera resultados favorables. El problema de esta es
cuando los docentes permiten las repeticiones confusas de contenidos, textos o
informaciones que no pasan del nivel literal, y que, si bien, el estudiante no
comprende, el docente tampoco explica ni genera espacios de discusión que
permitan niveles inferenciales y críticos, obstruyendo el aprendizaje efectivo
y el desarrollo de competencias.
En
ese sentido, no solo se necesita la retrospección docente en función de cambiar
de un modo memorístico a la aplicación de reales estrategias por competencias;
sino también, de la revisión y actualización de los planes de enseñanza de las
instituciones de Educación Superior que siguen formando al docente del siglo XX
para que se enfrente al estudiante del siglo XXI.
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